Nuestras Ciudades

VENEZUELA es un país cuya población es 93 % urbana y sólo un 7 % es rural.  Así, con muchos problemas y también varios aciertos, Venezuela es el país más urbanizado de América. Esto quiere decir, sencillamente, que el 93 % de la población vive en ciudades: en ciudades pequeñas, no tan pequeñas, intermedias, grandes y muy grandes, precarias o no. Es decir, casi todo el país, de una forma u otra, decidió vivir en ciudades; y ¿por qué? ¿qué tienen las ciudades que atraen tanto? ¿que tendrán para que muchos, muchísimos compatriotas soportando unas condiciones de vida, casi siempre muy duras, extremadamente difíciles, prefieran vivir en las ciudades?

Sabemos que nuestras ciudades han crecido, quizás demasiado de prisa y seguramente éste sea el motivo de muchos de sus problemas; porque debemos admitir que la mayoría de nuestras ciudades no están bien, que algo, muchas cosas en ellas, no funcionan bien.

Para confirmar lo que aquí digo sólo necesitamos una cosa: asomarnos por la ventana, una cualquiera y simplemente ver; sólo eso, ver…

La invitación es a revisar nuestras ciudades, nuestras ciudades todas, la capital, las capitales de los estados, las capitales de los municipios, las intermedias y las más pequeñas. Nuestras ciudades ciertamente no cumplieron sus promesas, no lograron satisfacer los sueños de quienes vinieron a ellas buscándolo; realmente, han fallado, están en mora, por eso pensemos en ellas, en las ciudades que tenemos hoy y atrevernos a imaginar las que deberíamos tener, las ciudades que queremos, las ciudades que queremos tener los ciudadanos. Y esa ciudad que queremos ¿cómo sería?

Sería, por principio, una ciudad:

  • Justa, en sus demandas y en sus ofrecimientos.
  • Equitativa: en sus espacios, en sus oportunidades.
  • Inclusiva: una ciudad de todos y para todos.

Una ciudad segura y reconciliada.

Una ciudad dinámica, porque crece con su gente.

Una ciudad flexible, porque se monitorea, se revisa y se adapta constantemente.

Una ciudad productiva, porque genera empleos y bienestar.

Una ciudad pujante, porque estimula al que quiere invertir en ella.

Una ciudad iluminada y no oscurecida.

Una ciudad orgullosa de sí misma y su identidad.

Una ciudad plural, multicultural y tolerante.

Una ciudad descontaminanda; esto es,

  • una ciudad que recoja sus desechos y haga del reciclaje una bandera,
  • una ciudad que mejore la salud y espante las plagas y el stress.

Una ciudad descongestionada; esto es,

  • una ciudad donde el transporte público sea la mejor opción,
  • una ciudad donde el caminar sea un derecho y un placer cotidiano.

Una ciudad responsable; esto es,

  • una ciudad que ayude al que más lo necesita y le dé refugio,
  • una ciudad que eduque a sus ciudadanos y cure a sus enfermos,
  • una ciudad que cuide con dignidad a aquéllos que le dieron todo,
  • una ciudad que cobre sus impuestos y los devuelva en servicios y mejoras.

Una ciudad amable; esto es,

  • una ciudad donde lo primero es la gente,
  • una ciudad donde la vida es un derecho,
  • y los niños puedan ser niños sin temor.

Una ciudad simplemente

¿Será tan difícil este reto?

Es normal que las ciudades crezcan cuando su población crece. Lo que es inaceptable es que crezcan a expensas de la calidad de vida de sus habitantes. Las ciudades y los ciudadanos deben crecer juntos, deben madurar juntos. Por eso es necesario, apremiante, urgente y JUSTO revisar qué ha pasado con el crecimiento de nuestras ciudades que han dado tal resultado.

http://www.gobiernoenlinea.ve/venezuela/perfil_vzla_sintesis.html#.
Dato de previo al censo 2011

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