No conozco en persona a Difred Colina pero sí su trabajo fotográfico publicado en las redes, en Twitter; por ejemplo, vi que le habían hecho unas reseñas-entrevistas en varios medios de comunicación, así que le pedí me hiciera llegar los enlaces de las mismas. Me envió tres: uno en el diario.com, uno en RT y otro en el Budare.net que, por cierto, no me abrió. Los que sí abrieron son de noviembre 2.021. Todas estas publicaciones las realizaron porque algunas de sus fotografías se hicieron virales en las redes y eso llamó la atención de estos medios. No sé si hubo otras publicaciones, pero creo que, con lo que tengo, es suficiente para montar esta entrada; recuerda: yo no soy periodista ni trabajo para un medio. Trabajo para mí y para mis lectores publicando lo que me gusta, lo que me interesa, lo que pienso y lo que me llama la atención; eso me permite ciertas libertades.
Según RT, Difred tiene 30 años y nació y ha vivido siempre en sectores populares al oeste de la ciudad; estudió Ciencias audiovisuales y fotografía siendo inicialmente músico-baterista, disciplinas todas que relatan una vena artística.
Esta entrada trata sobre su trabajo fotográfico en Caracas y para darte una idea, comenzaré dejándote esta imagen comparativa del Distribuidor La Araña, solo y acompañado de una yoguista en primer plano. Son dos imágenes muy potentes.
Imágenes comparadas del Distribuidor La Araña, solo y con una yoguista.
En un principio, las fotografías de Difred se basaban en tomas de Caracas, tomas que ha publicado y que son todas muy fuertes y dramáticas de composición demostrando un ojo arquitectónico nato, donde predominan la simetría, la proporción, la monumentalidad y también las composiciones descomunalmente asimétricas.
Las fotografías de Difred me recuerdan un libro que fue mi consentido durante mucho tiempo y que aún conservo que se llama «Arquitectura, escenario para la vida» de Ulrich Conrads y que en la parte baja de la portada versa esta explicación: «curso acelerado para ciudadanos«. En su contraportada nos dice: «Quien siga las lecciones de este libro -unas 300 ilustraciones explican el texto-, recorrerá la ciudad con nuevos ojos. Sabrá por qué nuestro entorno genera tanto malestar, pero también experimentará cómo pueden recuperarse para el ciudadano aquellos espacios libres que necesita la vida urbana. Quien lea este libro podrá juzgar, discutir e intervenir con mayor base crítica en materia de planificación y construcción«, creo que, o me gusta pensar que, algo así logra este trabajo fotográfico en Caracas.
Posteriormente, Difred tuvo la idea de poner en primer plano a bailarines, yoguistas o gimnastas; que yo, para esta entrada, denominaré actores por qué convierten a la ciudad en una especie de escenario de un gran teatro; escenario para que estos actores, todos de evidente calidad: Ballet, Tango, Gimnasia o Yoga, nos muestren sus habilidades. Te dejo una muestra.
Me atrevería a llamar proyecto a esta serie de fotografías habitadas. En este proyecto el resultado es muy complejo, en el buen sentido de la palabra, porque el escenario, la ciudad, tiene sus propias líneas compositivas pero estáticas y los actores, con sus contorsiones. agregan un segundo sistema de líneas compositivas pero dinámicas a la obra; son como la cohabitación de dos sistemas que, superpuestos, generan un todo descomunal: la ciudad como el escenario estático y el actor como el instante preciso y dinámico frente a la cámara.
Afinando un poco más la idea y el ojo, Difred nos lleva con más fuerza a un paseo por las entradas a las estaciones del metro e Caracas, tema que desarrolla como una especie de reto o detalle de proyecto, llevando su temática al límite. Te dejo algunas tomas. Apriétate el cinturón: las composiciones en este trabajo son de una fuerza brutal, inconmensurable, donde abunda la simetría y no deja nada a la imaginación.
Todos los que trabajamos en alguna rama del diseño conocemos la fuerza, mejor dicho, el poder que genera la simetría en una composición, Ese poder es tal que en ocasiones es muy difícil romper, te atrapa; la simetría domina y es dominante en sí. Si Difred la utilizó a conciencia es una cosa, pero si la utilizó de una manera inconsciente sería lo que demuestra la existencia del ojo arquitectónico nato.
Igualmente en diseño, es equivocado diseñar de menos que diseñar de más. Lo ideal es controlar el ojo y la mano para que el resultado sea exactamente el esperado. Toda obra de arte lleva consigo; además de la creatividad: el autocontrol, ése que sólo los años y la experiencia dan y Difred tiene toda la vida por delante para eso.
No me quiero imaginar lo que ha debido ser el trabajo de producción de cada una de estas fotografías; acoplar el encuadre urbano estático con la instantaneidad de las acrobacias. En Caracas no estamos acostumbrados a usar la ciudad como escenario debido a un sentimiento de culpa-vergüenza de vivir en una ciudad fea, sucia y agresiva, idea que se desdibuja y se recompone en el trabajo de Difred Colina.
¡Gracias Difred!
Otro punto que yo personalmente quiero agradecerle, es la no presencia de El Ávila en sus tomas fotográficas. No tengo nada en contra de El Ávila, Caracas sin El Ávila no es Caracas, es cierto; pero me cansa ver a diario cómo se confunde la montaña con la ciudad y viceversa. Infinidad de fotos se publican a diario en las redes como que son de Caracas y en verdad son fotos del El Ávila, algo así: como que la majestuosidad del cerro se tragara o aplastara a la ciudad que está a sus pies. Reconozco que es muy difícil no sucumbir a la belleza de El Ávila al fotografiar a Caracas; por lo tanto, puestos en la balanza (el cerro y la ciudad) siempre gana el cerro con su inconmensurable presencia y la ciudad efimerizándose pierde cuando desaparece.
Hasta aquí he publicado fotos en Caracas, ahora voy a publicar fotos de Caracas, son algunas fotos de la ciudad sola; es decir, sin los actores protagonistas aunque ellas están repletas de actores de reparto: peatones, carros, buses, motos en encuadres muy fuertes, proporcionados y premeditados. No es un simple cambio de preposición, es un cambio de pre-posición, espero no tengas pre-posiciones tomadas. Aquí te dejo algunos ejemplos.
Para ir cerrando esta entrada escogí una foto que no tiene ni una locación espectacular ni un actor sobresaliente, es casi una toma de la cotidianidad aunque obviamente está estudiada y posada pero no tiene el brillo de las fotos anteriores, Para mí es de una belleza imperfecta, casi cotidiana, casi burda, donde las proporciones del encuadre y sus líneas compositivas no saltan a primera vista; en cambio, el sucio de la calle y lo corroído del poste donde se posa la actriz atraen primero la mirada. Es una imagen que me conmovió y que aquí te la dejo:
Caracas recostada de un poste
Ojalá Difred continúe desarrollando su trabajo fotográfico y lo tome como una profesión, hay un talento inocultable. Caracas aún requiere muchas fotos, muchísimas, a lo mejor fotos menos monumentales y más fotos del día a día, para que cuando Difred tenga treinta años más pueda regalarnos una publicación, digital o no, tan espléndida como los libros «Kara Karakas» de Paolo Gasparini o «Caracas» de Ramón Paolini.
Espero que te haya gustado esta entrada tanto como yo disfruté curándola y montándola; si quieres puedes darle al botón Me Gusta y/o dejarme un comentario en el casillero, arriba y a la izquierda. Con esta entrada culmino la programación de cuatro entradas en el mes de julio para homenajear a Caracas en su 455 aniversario y es la última entrada de la década de ciudades.me, espero te haya gustado.
Y antes de cerrar esta entrada quiero hacer un inciso y traer a la memoria que el 25 de julio de 2002, (en el 435 aniversario de Caracas) hace veinte años ya, se publicó un suplemento extraordinario en el diario El Universal denominado Caracas inconclusa que contenía el manifiesto: «Declaración de Caracas«, el cual planteaba interrogantes y principios de actuación sobre la ciudad realizado por arquitectos y no arquitectos con el objeto de definir y aclarar cuál es el rol que nuestra capital debe jugar en un país libre y democrático. Te invito a revisarla y a sacar tus propias opiniones y conclusiones.
Ahora sí me despido por hoy, no sin antes desearte paz en cualquier lugar donde te encuentres y sobretodo en Caracas donde tanta falta nos hace. Feliz día y un fuerte abrazo.
¡Paz!
PD: Puedes encontrar más información en las redes sociales de @DifredColina en Twitter, Facebook, YouTube y TikTok, que yo sepa y si a las galerías de fotos en esta entrada le das un click puedes ver las fotos en un formato más grande, vale la pena.
Como parte de la programación para celebrar la década de ciudades.me y también para conmemorar el 455 aniversario de la fundación de Santiago de León de Caracas, coloquialmente conocida como Caracas, he decidido publicar el texto que presenté en el año 2.006, en el evento denominado «Caracas, ¿qué ciudad somos?» organizado por William Niño Araque para la Fundación Francisco Herrera Luque denominado Insanche, una vuelta a la ciudad, el cual, sin más preámbulos transcribo a continuación:
Portada del programa del evento Caracas ¿Qué ciudad somos?
Antes que nada quiero agradecer a la Francisco Fundación Herrera Luque y a sus organizadores su amable invitación, a ustedes por prestarme su audiencia y sobre todo a William Niño Araque por su persistente y obstinada fe en la propuesta que sobre Caracas esbocé en mayo del año 2002 en el marco del evento realizado por la Sala Mendoza, denominado «Caracas, contingencia, laboratorio de ciudad«. Para mi es un honor estar aquí y compartir con ustedes un conjunto de reflexiones que me llevan a proponer y a defender una visión propia para nuestra maltratada pero muy querida ciudad; ésa que todos vemos como una ciudad llena de problemas, una ciudad imposible, una ciudad sin futuro y sin compón; para mí es también, una ciudad llena de posibilidades, de soluciones, de propuestas y de ánimo. Caracas es una pasión. Una pasión que espero transmitir y en la atmósfera de aquella máxima que dice: «Si un problema tiene solución, no hay problema; pero si un problema no tiene solución, entonces tampoco hay problema«; los invito a ajustarnos un poco esos lentes que nos hacen ser: tan acuciosos con los problemas y tan desprendidos con las soluciones. ¡Comencemos!
Como arquitectos cada vez que diseñamos un edificio, cada vez que intervenimos un local o simplemente restauramos una esquina; estamos haciendo ciudad. En la escuela nos enseñan el oficio de hacer edificios, a hacerlos bien, es cierto; pero no nos aclaran que al mismo tiempo estamos haciendo ciudad y eso es lo verdaderamente importante; lo demás solo son urgencias. Urgencias de alguien que al fin y al cabo le importa un bledo la ciudad. ¡Ay Caracas! Cómo estás llena de tantas urgencias y; sin darnos cuenta, olvidamos las cosas importantes, las que nos importan a todos, a nosotros, a los ciudadanos, a los que vivimos aquí…
En una oportunidad, en el año 2006, le pedí a un grupo de estudiantes de diseño 10 de arquitectura USB hacer un ejercicio que denominamos «Contar la Ciudad«, en el cual tenían que salir a las calles a entrevistar a la gente, al caraqueño común y corriente y contarnos de vuelta ¿Qué les contó la ciudad?. Así que; con su aprobación (hoy mis colegas) les traigo parte de ese ejercicio como preámbulo a la presentación.
Video realizado por Daniela Goicoechea, Martha Lluch y José Bethencourt. Parte I ¿Por qué no se van?
Colas, tráfico, colas, desastre, delincuencia, infierno… Variaciones de esas mismas quejas estamos cansados de escuchar, y no sin razón. Caracas, la ciudad que olvidó las cosas importantes. Aquí estamos hoy y de aquí debemos partir.
En aquel encuentro en la Sala Mendoza, me tocó desarrollar el tema de «La ciudad al margen». Rodeada de expertos en la materia comencé mi intervención cuestionando hasta el título: ¿Ciudad al margen? Es la primera idea que debemos cambiar, la primera imagen que debemos borrar de nuestro sistema operativo si queremos repensar nuestra ciudad. No existe una ciudad al margen y una ciudad verdadera, no son dos ciudades; Caracas, es una sola ciudad; es una ciudad de punta a punta, independientemente de cómo se desarrollaron sus partes, con qué herramientas se construyeron y de quienes las habitan, todas son partes de una misma ciudad; ó es que acaso aquellos barrios emplazados en las laderas de las quebradas, en pleno valle central, Los Anaucos, Chapellín, Bello Campo; sólo por nombrar algunos, ¿son también parte de la ciudad al margen?; entonces la ciudad al margen no tiene que ver tipología o nivel económico o clase social o planificación. ¡No!, la ciudad al margen tiene que ver con distancia, y distancia tiene que ver con accesibilidad; a la salud, a la educación, a la cultura, al deporte, a la recreación, al espacio público y, por sobre todo, a la construcción de ciudadanía.
En fin, si el margen tiene que ver con distancia, y distancia tiene que ver con accesibilidad; y a su vez, la accesibilidad depende de la movilidad, entonces ese margen se ubica al extremo que el desarrollo de la movilidad nos pueda llevar. Es así que el margen se hace móvil y se desdibuja, por lo tanto desaparece. Entonces si no hay margen, tampoco hay ciudad al margen; somos una sola ciudad, y los interesados en el tema somos los primeros que debemos estar claros para poder ver la ciudad como un todo, poder imaginarla, pensarla y soñarla, como una sola. CARACAS es UNA SOLA CIUDAD; de hecho lo sabemos y para efectos prácticos ya le pusimos nombre, la llamamos: La Gran Caracas. Esa ciudad que; de este o oeste, va desde Güatire hasta el Junquito, que incorpora al estado Vargas al norte y a los Altos Mirandinos y a los Valles del Tuy al sur como un todo conurbado, una sola ciudad. La Gran Caracas. UNA CIUDAD.
Todos conocemos como centro y como origen al centro histórico de la ciudad, igualmente sabemos que el centro de la ciudad se ha desplazado hacia el este; pasando de la plaza Bolívar, a la plaza Venezuela, a la plaza Chacaíto, a la plaza Altamira, y seguirá inevitablemente desplazándose con el tiempo y su crecimiento indetenible, creando en el valle central, plano y longitudinal, una secuencia de enclaves urbanos, de centros urbanos que si los miramos en su conjunto, definen a Caracas como una ciudad Policéntrica, una ciudad de multiplicidades. Estos enclaves urbanos, estos múltiples centros están todos relacionados, están todos concatenados; por lo tanto, todos ellos juntos, su conjunto es un sistema con entidad propia; que se consolida como el nuevo centro de la ciudad; así el valle central, plano y longitudinal que descansa a los pies del Ávila majestuoso es ahora el centro de la Gran Caracas: desde el Boulevard de Catia a la Redoma de Petare, desde la zona plana en la rivera sur del Güaire hasta la cota mil en las faldas del Ávila. La Gran Caracas: UNA CIUDAD; el valle central, plano y longitudinal: SU CENTRO.
En muchas ocasiones he escuchado decir que Caracas es una ciudad que está terminada, sólo requiere pequeñas intervenciones urbanas a problemas puntuales y enriquecer su paisaje (cito a William Niño Araque); ¡Qué distante me encuentro a esta afirmación!, Caracas, no sólo, apenas comienza; lo único que hemos hecho es cubrir el valle con un primer layer, una primera capa, algo así como un primer tapiz, son los primeros hilos de ese tapiz, los primeros trazos de la verdadera ciudad que Caracas puede y debe ser.
Ortofotomapa de Caracas, vista aérea. Blanco y negro. Fecha estimada: final del siglo XX.
Para desarrollar un poco más esta idea me voy a ir atrás en el tiempo. Solo a mediados del siglo pasado apenas se construía la ciudad universitaria, existían ya la Candelaria, San Bernardino; anteriormente el camino real de Sabana Grande, Chacao era un pueblo en las afueras; los Chorros, más en la afueras todavía, para el veraneo; Petare, Baruta y El Hatillo para la pernocta, eran la referencia en el paisaje, la distancia a alcanzar; entre ellos y cubriendo el vasto valle, las haciendas enmarcadas por las quebradas que bajaban del Ávila en busca del Güaire para drenar sus aguas. Una a una esas haciendas cambiaron sus sembradíos por el desarrollo pujante del momento que todo lo envolvía; la economía se fortalecía descansando en el desarrollo petrolero, nos hicimos modernos, estuvimos en la avanzada, nos creímos ricos y nos compramos el último grito de la moda; lo importamos, y con ese modelo vestimos casi todo el valle central, plano y longitudinal de Caracas; sin reflexionar, éramos como el ta’ barato del urbanismo y malgastamos el espacio.
Caracas, 1567, 1874 y vista aérea. Fecha estimada: final del siglo 20.
Era lo que se usaba, lo que se llevaba; ese modelo era la última moda; ese que llamaban «el sueño americano», el de la casita aislada, con su jardincito privado, con uno a más carros estacionados en la entrada y la cocinita empotrada, ese fue el trajecito que nos compramos; y lo usamos, y lo usamos y lo usamos para casi todo; hasta que no dió para más; se nos salieron los rollitos por fuera y ni los vimos, crecimos y no nos importaba, y ahí seguimos con nuestro trajecito; y seguimos creciendo hasta que se rompió; ahora tenemos el tejido roto; el urbano y el social están raídos también, no nos dimos cuenta que ese trajecito de primera comunión lo podíamos parapetear para los quince años pero para la boda ya no dió…
Plano fundacional 1567, Plano población de Caracas 1950 y Plano Regulador de Caracas, 1951
Fueron treinta años de construcción desenfrenada, casitas, casitas, casitas y por lo tanto, calles, calles y más calles, ¡claro! eran necesarias para tanto carro, carro y carro. Era el modelo, lo estábamos haciendo bien, pero la realidad es terca y termina por imponerse. Y mientras pretenciosamente nos apoderamos del valle, nuestros barrios se fueron formando, fueron creciendo y se consolidaron. Era un goteo constante, bloque a bloque, poco a poco, silenciosamente, pacientemente, todos los días bajando al valle a trabajar y regresando a sus pequeñas casas construidas a juro, apiladas, amontonadas, hacinadas en nuestros cerros. Y siguieron, día a día, lluvia a lluvia; hasta que así llegamos a los últimos veinte años del siglo XX; años difíciles, años de crisis económicas y financieras, de inflación, ya no pudimos ir tan rápido, la construcción se hizo lerda, en ocasiones se detuvo, estábamos devaluados, se nos empezaba a mover el piso, se nos caía el modelo y seguimos insistiendo. Nos fuimos heroicamente a las colinas del sur, la topografía no nos detuvo; era un reto, fueron veinte años en los que el valle central estaba ya tapizado pero en pausa, las colinas y los cerros se superpoblaron, no importaba la clase social o el nivel económico, se superpoblaron por igual. Sólo como ejercicio, la próxima vez que pasen por los Samanes y vean el barrio Las Minas al lado, hagan un ejercicio de cálculo de densidad en ambos sectores y verán que no distan demasiado, en lo que sí difieren es en la tipología urbana y los métodos constructivos, de resto sus densidades se aproximan; además, tienen el mismo problema de accesibilidad, por lo tanto, ambos sectores están excluidos de la ciudad, ambos viven al margen de la ciudad, ambos son la ciudad al margen, y éste no es el único caso en la ciudad, son varios, son demasiados.
Plano Fundacional, Plano Regulador de Caracas, 1951 y Plano Población de Caracas 1983
Llegamos así al nuevo siglo, después de al menos cincuenta años de errores urbanos y aberraciones pretenciosas, tropezando con la ciudad que tenemos hoy, imposible, odiada, desesperanzada, agresiva. Una ciudad donde la mayoría de sus habitantes no vive en ella; una ciudad que durante el día es un gran distribuidor de tránsito y de noche se queda sola; una ciudad donde sus habitantes bajan a trabajar y huyen para descansar; una ciudad que tienen sus máximas densidades en los peores y más inaccesibles terrenos y sus mínimas densidades en los terrenos mejor ubicados, en los terrenos planos, en su valle central; una ciudad de edificios aislados y de ciudadanos aislados; una ciudad deshabitada y abandonada donde el miedo se asoma, los muros crecen y los carros se blindan; una ciudad donde la soledad y la inseguridad se confunden y el río se revuelve. En fin; la Caracas que hoy tenemos, es una ciudad de exclusiones sin distingo; una ciudad que tiene sus densidades invertidas, es una ciudad invertida, es una ciudad patas pa’ arriba.
Una ciudad cuyo crecimiento urbano se hubiera mantenido paralelo al crecimiento de su población, sería una ciudad cuyas densidades máximas estarían en su centro más compacto y las mínimas en sus afueras más dispersas. Si hacemos un ejercicio de cuantificación: población según ubicación, el resultado sería una curva muy alta en su centro que tendería a cero a medida que la ciudad se diluye en los suburbios de su periferia.
En Caracas;si hacemos el mismo ejercicio, nos daría el resultado contrario: una curva aproximada a una parábola invertida, donde sus extremos serían los más altos porque alojan la mayor población y su centro sería muy chato dibujando la huída. La Caracas de hoy tiene sus densidades invertidas; y puedo agregar que éstas no son estáticas, crecen día a día, los extremos se pueblan cada vez más y su centro se deshabita; este desequilibrio crea una tensión semejante a la de una goma elástica, que al tomarla por los extremos y tirar de ellos, hace que su centro se vuelva cada vez más delgado, más débil y más frágil. Impredeciblemente; ojalá sólo reportemos la goma.
Esquema gráfico de densidades invertidas sobre ortofotomapa de Caracas
Varias iniciativas se han emprendido en el tiempo en busca de soluciones: los programas de rehabilitación de barrios; por ejemplo, fueron recibidos con entusiasmo y cumplieron una función necesaria como válvula de escape a una presión contenida; un paliativo necesario pero no suficiente. Los barrios son sólo una parte de la ciudad; por lo tanto, son sólo una parte del problema; sin una visión unitaria de la ciudad no es posible llegar a la raíz del problema; mucho menos a una solución.
Otra iniciativa fue: las ciudades satélites o ciudades dormitorios. Un exilio forzado, una diáspora, la ciudad que reconoce que no puede crecer junto a su población, y busca la solución fuera de sí. Más y peor exclusión; otra forma de ignorar el fondo del problema y conformarse con el trapito caliente; pero por allá, bien lejos, en otro lado. Lamentablemente estas trilladas ciudadelas regresaron al discurso político en estos días adornadas como la panacea, siendo quizás su verdadera intención dispersar a la población en diminutos poblados más manejables, más controlables o; a lo mejor, más dominables…
Video realizado por Daniela Goicoechea, Martha Lluch y José Bethencourt. Parte II ¿El video se puede girar?
Otra opción menos explorada por nosotros es el ensanche. La definición exacta de ensanche es: dilatación. En nuestro campo; el diccionario define ensanche como: «Terreno donde se crean nuevos barrios en la afueras de una población». Un ensanche es un crecimiento anexo, al lado. Un ensanche se adapta, se amolda a la ciudad que lo genera y; en un principio, la parasita. Un ensanche, comparativamente a la ciudad dormitorio, no utiliza la exclusión como herramienta y con el tiempo produce una fusión tal que los límites entre la ciudad y el ensanche se funden y desaparecen.
Ensanche en su forma verbal «ensanchar» es: «extender, hacer más ancha, ensanchar una población». ¿Será que tenemos que ensanchar a Caracas? Fuerte Tiuna sería el ejemplo más apropiado para un ensanche, más que apropiado sería justo, simplemente; necesario diría, aunque aún así no sería suficiente.
¿Será que tenemos que hacer más ancha a Caracas? Lo accidentado de la topografía lo dificulta, el desarrollo del sur-este lo demuestra. La inaccesibilidad se perpetuaría y la exclusión se convertiría en la nueva forma de vida.
En Caracas no quedan terrenos libre; dicen, Caracas está terminada, el valle está copado, ni un huequito queda, nada se pueda hacer; a lo mejor son las hojas de los árboles las que no nos permiten ver el bosque.
Sí podríamos hacer un ensanche en Caracas, pero no en las afueras. Podríamos hacer un ensanche aquí mismo, aquí dentro y desde adentro, un ensanche entre y sobre, un ensanche en el valle central, plano y longitudinal, un ensanche en el nuevo centro.
A esta propuesta la he denominado Insanche; y sería como un sistema de vasos comunicantes que permitiría revertir el proceso de las densidades invertidas, bajando la presión en las afueras y habitando de nuevo el centro; sería como un mecanismo para equilibrar los pesos en la balanza de las densidades y sus tensiones relativas.
El Insanche; estoy consciente, es un cambio de paradigmas, es una ruptura de esquemas, es un cambio de modelo; es una manera distinta de aproximarnos al problemas y a sus soluciones.
En el Insanche es un llamado a volver al centro, a habitar la ciudad, a usar la ciudad, a caminarla, a disfrutarla, a vivirla; pero también es una invitación: a pensarla, a imaginarla y a soñarla.
El Insanche reposa en la inclusión de todos por igual y para ello apela al modelo de ciudad compacta; más eficiente en capacidad, en distribución de servicios, en accesibilidad, en transporte público y en espacio público; donde el peatón tenga la prioridad sobre el vehículo y las calles sean para la gente; donde los usos se aproximen o se mezclen; donde las distancias se acorten y los desplazamientos disminuyan; donde salgamos del aislamiento.
El Insanche es sólo una agenda; muchas veces oculta, un tabú difícil de destapar; pero esa misma agenda es abierta en otras latitudes, donde sus ciudades han regresado de eras muy sórdidas y muy oscuras y se han incorporado a la competencia mundial por despertar el interés de todos.
Ortofotomapa de Caracas, vista aérea a color
El Insanche es:
Una visión compartida de la ciudad:
basada en la densificación y en la intensificación urbana,
Soportada en el Transporte público masivo como sistema de movilidad y
Estructurada en el espacio público como sistema de ordenamiento
El Insanche es:
Un nuevo proceso de metropolitanización de la ciudad; organizado, coordinado y programado a partir de una imagen objetivo predefinida; que requiere de:
Acuerdo colectivo
Asesoría técnica
Voluntad política
que debe ser realizado por todos y para todos; con el objetivo de devolverle a Caracas su fortaleza como centro de intercambios en el continente y su esplendor como nuestra ciudad capital.
Por todo lo anterior, para Caracas, el Insanche es un temacapital.
Video realizado por Daniela Goicoechea, Martha Lluch y José Bethencourt. Parte III Caracas es chévere.
Este texto lo presenté nuevamente en el 2011, como un homenaje al muy querido arquitecto William Niño Araque, en el evento organizado por la Librería Kalathos denominado «Entorno» .
Esperando que les haya gustado y que cualquier cuestionamiento o comentario es más que bienvenido, el gusto será todo mío. Sin más que agregar por los momentos, me despido como siempre: hasta la próxima entrada, con un fuerte abrazo y mi deseo de paz para todos.
El venidero primero de agosto este blog cumplirá una década en el aire, ¡Parece mentira! pero no lo es. Este blog es mi consentido a pesar de ser el más pequeñito. En él sólo hay publicadas 24 entradas, 2 docenas apenas, contando ésta que estás ahora leyendo. Es por eso que ese día publicaré la entrada 1 de la nueva década a iniciarse.
Si promediamos el total de entradas por años al aire tenemos que el blog apenas cuenta con 2,4 entradas por año, aunque esto en la realidad no sea del todo cierto: hubo cinco años seguidos donde no se hizo ninguna publicación (2014-2019), una temporada oscura y sombría que para nada tiene que ver con el contenido de este blog. En cambio hubo años más productivos, como 2013 donde hubo 13 publicaciones, o 2019 y 2020 con 3 publicaciones.
Como es la descripción de este sitio,«Un lugar para pensar en voz alta«, quiero usar esta entrada para eso y para proponerte a tí, mi lector, eso también: que me des tu feedback sobre los distintos aspectos de este blog, tanto contenido como apariencia o cualquier otro tema que quieras comentar. Quisiera hacer una invitación para ésta sea una entrada interactiva entre tú y yo.
Cuando comencé a publicar aquí me tropecé con el síndrome de la hoja en blanco, esa parálisis inicial, un bloqueo descomunal porque no tenía claro el enfoque. Así que me propuse publicar cosas que tuvieran algún significado para mí, textos, fotos, videos, sonidos, etc, ó combinaciones; es así que me dejé llevar por la mezcla de géneros en la mayoría de las entradas.
Hay entradas muy pequeñas que son sólo una foto, un video o una pregunta y hay entradas más extensas en las que trato siempre de componer y mezclar con un audio, un video, un corto y/o un poema, esa mezcla de la que hablaba en el párrafo anterior.
Vista del Ávila tomada desde el estanque en el parque Fco. de Miranda en Caracas. Venezuela publicada por María Gabriela Escovar en Twitter e IG
Como esta hermosísima foto del Ávila y su reflejo, este blog es como una sumatoria de reflejos míos, reflejos de alguna actualidad, o de algún recuerdo que la actualidad me trae de vuelta o simplemente pensamientos sin orden conocido; me encantaría saber cómo te sientes cuando me lees en alguna de tus visitas y, sobretodo, obtener tu feedback.
Este blog no pretende ser un tratado, menos aún un libro, para mí es un reflejo luminoso y nada más, con el cual quisiera invitarte a pensar conmigo y a que me dejes tus comentarios en el casillero destinado para tal fin al inicio de la entrada, a mano izquierda.
Tengo la idea, de acuerdo a los comentarios recibidos, de hacer una próxima entrada publicándolos y mi reacción a cada uno, en lugar de contestar en privado por la mensajería del blog.
A manera de listado y para facilitar el juego-tarea, publico a continuación los enlaces a las casi dos docenas de entradas publicadas, (23 para ser exactos) también puedes llegar a ellas por las etiquetas, las categorías, el menú principal o simplemente bajando en la página de inicio, es a gusto del consumidor, lo que te resulte más cómodo.
– 23.08.2013 – Casa Incluye video del canal esalito en Youtube con audio Carl Sagan
– 01.08.2012 – ¡Bienvenid@s! Incluye Foto de grafiti de Banksy
Por otra parte, estoy consciente de que esta plantilla del blog es muy sencilla y por eso la escogí, quería algo sobrio y elegante; eso no quiere decir que no la pueda cambiar, ya está anticuada. Así que también puedes evaluar la apariencia general del blog y darme tus recomendaciones. Recuerda que te propongo que esta entrada sea una especie de juego-tarea interactiva y poder hacer, dos semanas a partir de esta publicación, una próxima entrada con los comentarios recibidos y mi reacción a ellos y así empezar a preparar el cambio de imagen para el inicio de la nueva temporada-década.
Me entusiasma la idea de esta entrada interactiva. Para comenzar te cuento que yo pienso que la frecuencia de publicaciones es un desastre, es algo que debo proponerme cambiar y regularizar para la nueva etapa, así lo veo: este es el primer aporte al tablero. No te pierdas de participar en esta invitación que se trata de, no sólo leer la entrada, sino navegar de arriba a abajo por el blog para darme tu feedback constructivo del mismo.
Me despido como siempre deseándotepaz, un abrazo y nos vemos en la próxima entrada pero antes en el casillero de los comentarios, arriba y a la izquierda… jejeje
Bueno, bueno, bueno, finalmente llegamos al 2021, año 21 del siglo 21 y, hoy, precisamente hoy 12 de enero es el primer día capicúa del año. Capicúa son números que se leen por igual de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Dicen que los días capicúas son días de buena suerte en los que sólo pasan cosas buenas. Este año tiene 10 días capicúas, uno por mes menos octubre y diciembre, has la prueba y verás.
Miremos un poco hacia atrás, el año 2020 terminó siendo uno de los años más duros en el mundo y en Venezuela no fue la excepción; así lo muestran los periodistas Naky Soto y Luis Carlos Díaz en su último programa y resumen del año, aquí te lo dejo, te lo recomiendo!
Por otra parte, comencé por reactivar mi blog temático Perspectiva Ciudadana. Venezuela, desde el punto de vista de sus ciudadanos, en el cual, ayer publiqué, para salvar un poco el vacío de los siete años que estuvo inactivo, cada uno de los 30 artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III)encabezados por una primera entrada con la pregunta: ¿Qué son los Derechos Humanos? si quieres, puedes darte una paseadita por el blog, entrando, desde aquí mismo, en Entorno en el menú principal.
El pasado martes 19 de mayo los suscriptores de Directv amanecieron sin su señal de televisión. Al poco tiempo se supo que la proveedora del servicio, sin aviso y sin protesto, había cerrado operaciones en Venezuela, sus empleados se encontraron con su liquidación acreditada en sus cuentas y las sedes de la compañía cerradas; para que tengas una panorámica de lo sucedido te dejo los runrunes del periodista Nelson Bocaranda Sardi del 23 de mayo, no tienen desperdicio.
Varias veces me topé en la red social Twitter con esta poderosísima fotografía. Esta es una imagen de uno de los bloques del 23 de enero en Catia, el extremo oeste Caracas. Es una denuncia desgarradora de cómo son habitados, pareciera que las ventanas van a explotar del hacinamiento y por fuera, secaderos de ropa compiten con unos añadidos bajantes de basura y las multiplicadas antenas de Directv, ahora inservibles.
Al otro extremo de esta ciudad lineal, en Petare, los vecinos construyeron un cine al aire libre sobre una platabanda para tratar de suplir a la comunidad la falta de su televisión, así nos lo muestra el portal Efecto cocuyo
En fin, hasta aquí esta entrada, me despido hasta la próxima…
Si como vimos en mi entrada anterior Y ahora la llaman Diáspora han salido del país más de cuatro millones de personas, me viene a la mente la siguiente pregunta:
¿qué nombre le darías al resto de los venezolanos que decidimos quedarnos en el país y que cada vez más, nos sentimos extranjeros en nuestro propio país?
Diáspora, (en griego: διασπορά [diasporá], ‘dispersión’) Implica la dispersión de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia originaria y que se encuentran repartidos por el mundo. Si mayoritariamente el término ha sido empleado para referirse al exilio judío fuera de la Tierra de Israel y la posterior dispersión del pueblo judío por el mundo, se ha ampliado su significado para designar todo pueblo que se encuentre diseminado fuera de su país de origen.
La dispersión de judíos por el mundo los convirtió en una minoría religiosa y cultural en numerosos países, lo cual dio lugar a siglos de convivencia pacífica y desarrollo, pero también provocó choques que dieron lugar a persecuciones, matanzas y expulsiones colectivas.
Exilio, El exilio es la separación de una persona de la tierra donde vive. En este sentido, todos los refugiados y desplazados viven en el exilio hasta regresar a sus hogares.
Otra acepción hace que este término se haya utilizado, sobre todo, para la expatriación por motivos políticos. Desde el exilio español durante y después de la Guerra Civil, hasta los exilios políticos latinoamericanos. Tras el golpe de estado en Guatemala en 1954, dictaduras como la de Pinochet en Chile, el golpe militar en Argentina o la revolución cubana, incrementaron exponencialmente el número de exiliados durante la segunda mitad del siglo XX.
Así mismo, se denomina exilio al lugar en el que se vive durante ese tiempo y al conjunto de personas que viven allí.
A diferencia del exilio, el destierro se refiere a la pena de expulsar a alguien de un lugar o territorio. Generalmente es el Estado el que decide expulsar, o desterrar, a esa persona por haber cometido un delito. Puede ser de forma temporal o para siempre. También se utiliza la palabra destierro para hablar del tiempo en el que se cumple esta pena, de la acción de desterrar y del lugar en el que vive.
Exodo, Se conoce como éxodo a la emigración de un pueblo o de una muchedumbre de personas. El éxodo puede ser llamado migración cuando ocurre dentro de las fronteras, o emigración cuando acontece de un país o territorio a otro.
Etimológicamente, la palabra éxodo es de origen griego “éxodos” que significa “salida”.
El Éxodo es el segundo libro de la Biblia que narra la esclavitud de los hebreos en el antiguo Egipto y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia la Tierra prometida
Migración es el desplazamiento de una población desde su lugar de origen a otro destino y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de especies animales migratorias.
La emigración venezolana se inicia en 1983, luego del colapso de los precios del petróleo en el episodio conocido como el viernes negro, pero según expertos, la salida, principalmente de profesionales, se ha acelerado bruscamente durante la Revolución Bolivariana.
En 1998 tan solo 14 venezolanos obtuvieron asilo en los Estados Unidos.
En 1999, 1.086 venezolanos obtuvieron asilo de acuerdo a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos.
En 2002 muchos venezolanos que tenían familia o vínculos con otros países emigraron y, muchas familias que habían inmigrado a Venezuela comenzaron a partir debido a la inestabilidad económica y política.
En 2009 se estimaba que más de un millón de venezolanos habían emigrado desde 1998.
En 2015, la emigración venezolana ya se estimaba en un millón ochocientos mil.
Académicos y líderes empresariales han declarado que la emigración desde Venezuela aumentó significativamente durante los últimos años de la presidencia de Chávez y especialmente durante la presidencia de Nicolás Maduro.
No hay cifras oficiales en Venezuela sobre el fenómeno. Incluso el discurso de los altos funcionarios busca restarle importancia a la salida de venezolanos en busca de oportunidades en otros países o se les descalifica, según Andrés Cañizález en Prodavinci
«Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad».
Albert Einstein
Apenas han pasado nueve días desde el domingo 8 de diciembre, día de elecciones en Venezuela en las que se eligieron 335 alcaldes, 2.435 ediles, 69 representantes indígenas, 2 alcaldes metropolitanos y 20 concejales a cabildos distritales mediante el concurso de 19.066.431 venezolanos habilitados por el CNE (Consejo Nacional Electoral) para tal fin, 2.861 cargos para ser exactos.
¡Qué bárbaro! Venezuela, a lo largo y ancho del país, en un solo día, renueva todas sus autoridades municipales. Son las autoridades más cercanas a la gente, las que se ocupan de los problemas micro de la nación que son los macro de la población. Son las que cuidan las calles, barren las aceras, recogen la basura, dan los primeros auxilios y los primeros niveles educativos, las que cortan los árboles y le dan resguardo a los animalitos callejeros, las del día a día, todos los días.
Pero algo más se estaba debatiendo ese día, algo más…
En Venezuela nos hemos acostumbrado a la opacidad. La oscuridad se ha vuelto cotidiana. Los dias se nos han enmudecido y la transparencia es sólo una nostalgia. La verdad oficial lo abarca todo, lo ocupa todo hasta asfixiar la duda por falta oxígeno. Nos ahoga.
Cuatro horas pasaron, una baranda y un país en zozobra al otro lado de la pantalla esperaba los resultados. Finalmente tras una sórdida sorna y el ritual de costumbre nuestro día decisivo había quedado reducido a una cuartilla enrojecida de números y porcentajes, opaca, oscura, lúgubre e incomprensible. Un silencio atroz se apoderó de nosotros. Enmudecimos.
Cerca de media noche y con el cansancio a cuesta nos vimos frente a un país partido en dos.
Siempre me han fascinado los números. Son el lenguaje de lo infinito, el mínimo denominador y el máximo común. En apariencia, los números son el cuánto, lo tangible, el monto y las cantidades, la exactitud y la transparencia, lo objetivo, lo fáctico, lo cuantitativo. La tiranía de los hechos que no resiste interpretaciones ni puntos de vista, es que los números son sólo eso… ¡Números!
De repente, después de casi 15 años, las ciudades, las grandes olvidadas de esta historia se convertían en la manzana de la discordia. Queridas y malqueridas saltaron a la palestra pública. Esta sí, esta nó, esta me quiere, esta no me quiere. No pude evitar recordar la letra de aquella canción de Armando Manzanero: «Ahora«. Me las imaginé cantandito: te puedes olvidar de que existí…
Pasados un par de días continuaba aún el tira-y-encoge por las ciudades. ¡Sonamos! Al fin descubrieron que en el país hay 24 entidades (23 estados y un distrito capital) y que cada una tiene una ciudad capital; es decir, Venezuela tiene 24 ciudades que se escriben con letras mayúsculas. Así estará la cosa que en lugar de contar votos ahora contamos ciudades.
Aunque sabía lo que estaba pasando, me tiré de cabeza a los números para ratificarlo y averiguar los detalles del nuevo mapa del país. Déjame contarte lo que conseguí. Para eso, y como sé que me toca pasar al árido lenguaje de los números, preparé unos cuadros para facilitar su visualización que comparto más adelante. Las interpretaciones van de tu cuenta.
Lo primero que hice fue bajar toda la data del CNE correspondiente a la elección de los alcaldes y organizarla. Lo que hace el CNE es contar votos, lo fáctico, cuántos son y a quién corresponden. De las 24 ciudades capitales, el gobierno se lleva 15 y la oposición 9. Eso es así, está claro (62,50% – 37,50%), entonces ¿a qué se debe tanta alharaca?.
Los votos son una cosa y las ciudades son otra. La data del CNE se me queda corta para entender por qué entran las ciudades en el juego. Es verdad que en las ciudades, al igual que en los campos, hay votantes; pero a diferencia de los campos, las ciudades son concentraciones de población en un área determinada o territorio.
La población que habita en una determinada ciudad y el territorio que la misma ocupa son datos que no maneja el CNE, para quien un voto es un voto venga de donde venga. El INE (Instituto Nacional de Estadísticas) es el organismo oficial encargado del manejo de las estadísticas nacionales y su desenvolvimiento en determinados períodos de tiempo. Entonces, para poder ir más allá de los votos y aproximarnos a entender la entrada de las ciudades en este juego casi de niños, me dispuse a complementar la data obtenida del CNE (los votos) con la del INE (población y territorio en cada capital)
En el caso de la población, me tropecé esta entrevista al presidente del INE en «El Correo del Orinoco«, medio integrante del SIBCI (Sistema Bolivariano de Comunicación e Información), sobre la Población de Venezuela según el Censo 2.011y además, la reseña incluye un gráfico con la población discriminada ya por capitales de estados. ¡Listo! Lo que estaba buscando.
En el caso de los territorios, no logré conseguir la data correspondiente al área exacta de ocupación de cada ciudad, su huella, por lo cual adopté como criterio uniforme para los 24 casos utilizar como territorio el área del municipio que sirve de asiento a cada ciudad, recuerda que son capitales de estados.
Cuadro #1_CAPITALES según POBLACIÓN
CAPITALES según POBLACIÓN
Comentario: Interesante es ver cómo al complementar la data de votos-CNE con la de población-INE, el resultado de las elecciones del 8 de diciembre relativo a las capitales que es 15-9 (62,50% – 37,50) revela que en la 24 ciudades capitales se concentra una población de 9.600.805 habitantes (33,17% de la población de Venezuela) repartidos de la siguiente manera: 50,05% en 15 ciudades que serán gobernadas por el sector oficial y 49,95%, 9 ciudades, por la oposición, mediando sólo una diferencia de 0,10%. Las dos (2) mitades ¿Recuerdas?. Seguimos.
Cuadro #2_CAPITALES según TERRITORIO
CAPITALES según TERRITORIO
Comentario: Interesante también es ver cómo al complementar la data de votos-CNE con la de territorio-INE, el resultado de las elecciones del 8 de diciembre relativo a las capitales que es 15-9 (62,50% – 37,50) revela que las 24 ciudades capitales ocupan un territorio total de 63.800 Km2, de los cuales: 54,18% es para los 15 municipios del sector oficial y 45,82% es para los 9 de la oposición, mediando sólo una diferencia de 8,37% entre uno y otro grupo, menos de un 10%. Aquí de nuevo, las dos (2) mitades ¿Recuerdas?. Seguimos.
Cuadro #3_CAPITALES según DENSIDAD POBLACIONAL (Habitantes / Km2)
CAPITALES según DENSIDAD POBLACIONAL
La densidad poblacional es la relación entre población y territorio (Habitantes / Km2) y nos da la medida de cuán concentrada está una determinada población en un área determinada.
Para realizar este tercer cuadro utilicé la data de los cuadros anteriores, población y territorio, y le apliqué la fórmula descrita: D = P/T para cada ciudad capital a fin de obtener la densidad poblacional en cada caso. Luego obtuve la densidad poblacional promedio entre las 24 capitales: 645,02 Hab/Km2, igualmente obtuve la densidad poblacional promedio resultante de las 15 capitales para el sector oficial: 500,75 Hab/Km2 (menor que la media obtenida) y la densidad poblacional promedio de las 9 capitales para la oposición: 885,47 Hab/km2 (mayor que la media obtenida)
Lo anterior significa que la densidad poblacional promedio de las 15 capitales/oficial es menor que la densidad poblacional promedio de la 24 capitales del país y, mucho menor (un 60%) que la densidad poblacional promedio de tan sólo 9 ciudades capitales/oposición.
Esto quiere decir que la oposición democrática gobernará en la mayoría de las capitales más densas del país (indicadas en azul en los cuadros). Curioso ¿no?…
La densidad poblacional es todo un tema en sí mismo y requeriría, no sólo uno, varios post para su desarrollo. Confieso que es el tema que me apasiona, quienes me conocen lo saben; pero no quisiera cerrar sin agregar lo siguiente:
Los valores de población y territorio miden la cantidad o magnitud de personas uno y la cantidad o magnitud de territorio el otro; ambos son valores fácticos, duros, son hechos irrefutables: son valores cuantitativos y no están sujetos a interpretación.
La densidad poblacional es la relación entre dos valores dados, una proporción; y las proporciones sí pueden ser objeto de interpretación. Por lo tanto, la densidad poblacional es un valor cualitativo, expresa cualidades y define características; por ejemplo, a medida que la densidad poblacional es mayor las ciudades se complejizan y van adquiriendo atributos propios de los procesos de urbanización y de urbanidad. A medida que las ciudades se hacen más densas encontraremos valores como intensidad, actividad, intercambio, servicios, cultura, característicos de la vida urbana; es decir, de la vida en la ciudad.
The infinite recognition (La Reconnassance infinie)- René Magritte – 1.963 (detalle)
Después de todos estos números (y otros que vendrán), al menos yo aún me pregunto: ¿quién ganó las elecciones del 8 de diciembre? Y más aún: ¿qué significa esa pregunta?…
Quién puede negar que los lunes en la mañana las semanas se sienten larguísimas, interminables. ¡Cómo cuesta comenzar! Es normal, es un asunto de perspectiva.
Pero en esta oscura y triste ciudad los lunes son durísimos. Además del esfuerzo necesario que todos hacemos para romper la inercia, los caraqueños recibimos una bofetada en la civilidad con «los partes de guerra» del fin de semana en una ciudad que, dicen, no está en guerra.
Los partes de guerra son información no oficial (el sector oficial no da información) de la cantidad de cuerpos sin vida que ingresan a la morgue de la ciudad entre las 6:00 de la tarde del viernes y las 6:00 de la mañana del lunes por causa de la violencia.
Hoy lunes el parte indicaba 36 cuerpos; el lunes pasado no lo publiqué, es duro publicarlo; hace dos lunes fueron 44. Este año se estima serán como 25.000 para completar unos 200.000 en lo que va de era revolucionaria. Y no pasa nada. Nadie dice nada.
Anoche, pensando, recordé una canción que solía escuchar como parte de los repertorios musicales que me acompañaban durante aquellas largas noches, mientras completaba unos planos de algún proyecto para presentarlos al día siguiente.
Algo en la letra de aquella canción me estremecía, seguramente porque me llevaba a esos capítulos oscuros de la historia que, aunque no los viví, los conocía. Creo que esa canción me traía algo del olor de aquella triste melancolía. No sé, quizá era eso…
«El lado femenino» es el nombre del segundo trabajo discográfico de Nacho Cano después de la disolución, en 1.992, del conocido grupo español Mecano y según sus propias palabras las canciones del disco fueron compuestas tratando de narrar las historias desde el punto de vista femenino, de ahí el título. Publicado en 1.996 tuvo buena aceptación, aunque pienso que menor a la merecida.
Busqué sin resultados una buena publicación de la canción en YouTube, así que me dispuse a desempolvar viejas librerías de música para rescatarla y poderla compartir, Aquí te la dejo.
EsLas ruinas del dolor. Nacho Cano. El lado femenino. 1.996
Cayó la hoz y el martillo del odio,
encendió la rabia contenida en la nación.
Con banderas y razas se armó la función,
del fuerte que aprovecha la ocasión.
Nos cruzamos de brazos
pasaron a los disparos
sembraron de muertos los campos,
Y hoy, de las fosas el olor
de las ruinas el rencor
y a los hombres el dolor.
Por la vida que cayó,
por la niña que perdió la vergüenza a fuerza.
A las ramas se andaban por no hablar de paz
Europa nunca supo resolver.
Sólo el ojo por ojo frenó la agresión,
algunos solo lo entienden asi.
Nos cruzamos de brazos
pasaron a los disparos
sembraron de muertos los campos,
Y hoy, de las fosas el olor
de las ruinas el rencor
y a los hombres el dolor.
Por la vida que cayó,
por la niña que perdió la vergüenza a fuerza.
Bis
Todas la mañanas, mi querido Juan Luis publica en su muro de Facebook fotos maravillosas que va tomando en sus recorridos por esta ciudad fundida en naturaleza. Algunas son de día, otras de noche, como esta hermosa foto también de anoche que seguramente tomó mientras yo estaba buscando en mis librerías musicales.
Me transportó otra vez y sin decirle nada decidí llevármela a mi perfil de Facebook como foto de portada y la bauticé: Amanecerá…
Foto de Juan Luis Delmont
¡Verdad! ¡Amanecerá! me contestó
Siempre amanece… Le dije
y entonces publicó esta otra y escribió:
Foto de Juan Luis Delmont
Para Vilma Obadía: La luz del amanecer esta mañana…
Conocí a Yusnaby, hace un tiempo, en la plaza de los pájaros azules. Alquien que se describe a sí mismo como: «Bloguero y escritor cubano. Amante de la democracia, la libertad y los Derechos Humanos. Defensor de la pluralidad de criterios y modos de expresión. Vivo en La Habana»
Últimamente, cada vez que me lo encuentro me cuenta un poco de la vida en su ciudad; pareciera como si quisiera dibujarnos este hermoso texto suyo: Historia de La Habana mía.
He escogido 40 de sus fotografías para, a través de ellas, dar un paseo con él por esa Habana suya y dejo que sea él mismo quien te cuente la historia.
¡Acompáñamos!
Este próximo enero van a ser 55 años del inicio de la Revolución cubana; en febrero serán 15 de la Revolución Bolivariana en Venezuela. 40 años distan entre una y otra; dos pueblos, dos ciudades y; ahora, una tragedia compartida…. ¿Para qué?