Crecer hacia dentro

Entrevista realizada por Rommy Escalona del diario El Universal para el suplemento extraordinario denominado Caracas Inconclusa publicado el 25 de julio de 2002 con motivo del 435 aniversario de la ciudad de Caracas.

Entrevista publicada en el diario El Universal el 25 de julio de 2.002

Caracas, protagonista sociopolítica de los últimos meses, sigue creciendo frente a nuestras narices sin que nos demos cuenta siquiera. Su desarrollo se mimetiza con el trajín diario, para lucir al más puro estilo de las grandes metrópolis del mundo.

Ya el casco central de la ciudad ha dejado de ser el lugar deseado para vivir, pero la satisfacción de encontrar climas propicios para tener un hogar en las afueras de Caracas, contrasta con un crecimiento anárquico, con poca planificación en los extremos superpoblados, y con graves carencias de servicios públicos idóneos.

El resultado: una expansión territorial de habitantes hacia los extremos y una consecuente «desdensificación» del valle, que progresivamente se limita a concentrar lugares de trabajo, organismos, servicios públicos y una que otra área de esparcimiento.

Una tesis se abre paso en medio del proceso evolutivo de la metrópoli: ¿Cómo revertir el crecimiento «hacia afuera» y lograr que Caracas se desarrolle verticalmente? ¿Cómo aprovechar las bondades urbanas de la capital y alcanzar un desarrollo homogéneo y paralelo en ciudades aledañas?

Ya al respecto se han pronunciado urbanistas locales quienes afirman que Caracas como centro urbano ha llegado a un límite, y requiere darle paso a nuevas concentraciones que la liberen de una sobrepoblación.

Por otra parte, existe la visión del crecimiento hacia arriba y la búsqueda del equilibrio perfecto el centro del área metropolitana y las ciudades que la rodean. En esta línea ideológica surge la teoría del in-sanche, propuesta por la arquitecta Vilma Obadía, que ve a Caracas «como un todo, más habitable, más humano, más vivible».

Ciudad de contrastes

Desde mediados del siglo pasado hasta hoy, Caracas ha crecido en dos ramales: la ciudad formal, planificada, que ocupó buena parte del valle. La ciudad informal, se apoderó de cerros, bordes de quebradas y espacios geológicamente no aptos para ser poblados, dando paso a un nuevo vórtice de expansión demográfica.

Si la masa poblacional se pone en un plano horizontal, muestra una forma de parábola reducida en el centro y abultada en los lados, un centro cada vez más deshabitado y zonas superpobladas en sus extremos.

Obadía propone hablar de Caracas como una «ciudad invertida», porque con este flujo poblacional el centro se va convirtiendo en un lugar de paso y se queda proporcionalmente vacío.

Esto degenera en una «ciudad de exclusiones». la mayor cantidad de personas ya no vive en el valle. Los que siguen viviendo allí comienzan a sentir que es un «no lugar», no apta para vivir con tranquilidad, carente de seguridad. La reacción social es un «blindaje». Para vivir mejor en la capital es preferible aislarse, resguardar celosamente el área habitada y evitar el contacto directo con el espacio público.

Obadía reconoce entre otras necesidades que el valle de Caracas debería ser priorizado, con una adecuada infraestructura de transporte público y espacios para el disfrute, pasos peatonales y áreas verdes.

Dilema en los espacios

Surge entonces otra polémica: «¿Caracas está lista para enfrentar estas intervenciones?. Obadía parte del concepto de ensanche para entender el fenómeno caraqueño.

«La población se va ensanchando hacia afuera del valle, se va dilatando y da paso a ciudades como Guarenas o Guatire. La idea contraria, el in-sanche, viene de la necesidad de hacer un ensanche, pero «desde dentro» y «sobre el valle de Caracas para generar un equilibrio de la densidad, que permita la igualdad en el acceso a servicios».

En lugar de darse un crecimiento hacia los extremos de la urbe, se debería partir del centro, optimizando la estructura urbana que ya existe.

Enrique Larrañaga, arquitecto, proyecta un proceso de metropolitanización, con un nivel de servicios y un comportamiento ciudadano distinto. «Caracas dejaría de ser una sumatoria de suburbios atropellados por el crecimiento».