Declaración de Caracas

Manifiesto publicado en el suplemento especial Caracas Inconclusa por el 435 aniversario de la ciudad Caracas en el diario El Universal.

Tomando en cuenta ciertas consideraciones que surgen de la reunión de arquitectos y no arquitectos en el foro Caracas Contingencia; y sumado a esto el hecho que por primera vez en la historia de Caracas tenemos unos niveles de pobreza urbana intolerables, nosotros, ciudadanos y habitantes de la ciudad, hemos decidido hacer esta declaración pública que plantee algunas interrogantes y principios de actuación sobre la ciudad, porque es el momento de iniciar un debate sobre su presente y su futuro.

Declaración de Caracas, manifiesto publicado 25 de julio de 2002 en el Diario El Universal

Transcripción de los 17 puntos que constituyen el texto de la Declaración de Caracas.

1.- Es necesario que Caracas, la ciudad capital de Venezuela, sea asumida como un problema de Estado, que establezca una política urbana y un plan estratégico donde se defina la ciudad que queremos y necesitamos. Un proyecto urgente que integre los aspectos sociales, económicos, ambientales y espaciales, que se anticipe sólida y esperanzadamente a los próximos 30 años, que supere la zonificación de 1951, trascienda los lineamientos de la Oficina Metropolitana de Planeamiento Urbano (OMPU) y establezca las nuevas reglas urbanísticas que reconocerán las necesidades de una ciudad que ha tenido una expansión desmesurada y cuyas características, relaciones y usos se han modificado radicalmente en los últimos cincuenta años. 

2.- Es necesario que Caracas reconozca como un reto a resolver, la existencia de una sub economía exclusivamente fundamentada en la buhonería y otras actividades informales, que sólo contribuyen a estimular la pobreza en términos sociales, macroeconómicos y urbanos. 

3.- Es necesario que Caracas entienda que la ciudad es una sola y que el programa de rehabilitación física y social de barrios, contemplado en la Ley de Política Habitacional, es fundamental en la contienda contra la pobreza y la exclusión social, en la construcción de ciudadanía, aprendiendo que las zonas informales deben ser asimiladas a la ciudad formal, que sus ciudadanos deben acceder a los mismos derechos y deberes que el resto de la población, y que esto sólo es posible a través de la participación y la autodeterminación garantizadas en la Constitución Nacional, que ameritan de una acción educativa y de acompañamiento social y económico. 

4.- Es necesario que Caracas recupere y le devuelva la habitabilidad a sus espacios públicos, entiéndase sus calles, plazas, parques y otras áreas destinadas a la convivencia, como una de las maneras más eficientes para enfrentar el problema de la inseguridad, que no es sólo un conflicto de represión policial. Esto supone dotarlos de iluminación, liberarlos de buhonería y enriquecerlos desde el punto de vista estético, recreativo, cultural y arquitectónico. 

5.- Es necesario que Caracas incentive al sector privado, mediante estrategias y principios de negociación, para que se piense y se asuma la ciudad de manera global; ello pasa por abordar la pobreza no como un asunto discriminatorio sino como un argumento que requiere de una atención especial, como una de las formas más urgentes de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida urbana. 

6.- Es necesario que Caracas promueva el uso de tecnologías que no lesionen el medio ambiente, incluyendo fuentes de energía con base en recursos naturales renovables, tomando el agua, sus quebradas y el Avila monumental con sus frentes caraqueño y caribeño, como unidad indivisible necesaria a conservar como el recurso de mayor riqueza de la ciudad.

7.- Es necesario que Caracas adopte una visión integral del ambiente y de su paisaje, como fuente cultural y contemporánea del recurso turístico, de recreación y ocio, que fusione lo natural y lo construido, desde una concepción inspirada en la geografía, en la herencia colonial y en la filosofía moderna, presentes como ejemplo urbano en la Ciudad Universitaria de Caracas, hoy patrimonio de la humanidad. 

8.- Es necesario que Caracas convierta su modernidad en historia, preservando aquellas edificaciones y elementos urbanos de interés arquitectónico, urbanístico e histórico, para no permitir que se destruya cerca de 1500 edificaciones (todas sin  protección patrimonial) construidas durante los años cuarenta y cincuenta, de la misma manera que ha desaparecido la mayor parte del patrimonio colonial. 

9.- Es necesario que Caracas revierta y neutralice su avanzado proceso de deterioro, visible en su casco central, con daños profundos en el eje de su corazón monumental, extendido desde el Parque El Calvario, la Reurbanización de El Silencio, las Torres del Centro Simón Bolívar, la Plaza Caracas, el Parque Vargas hasta Los Caobos y un amplio número de obras recientes, las cuales representan grandes inversiones para una ciudad ideal, hoy ya casi convertidas en ruinas inacabadas de la modernidad. 

10.- Es necesario que Caracas se transforme en un instrumento de cultura, en el cual se integren el arte, el paisaje, la arquitectura para que sea motivo de inspiración y alegría de sus habitantes y visitantes. 

11.- Es necesario que Caracas asuma su condición caribeña y su posición de puerta de entrada a la América del Sur, estimulando el desarrollo de un lenguaje de herencia antillana, la exaltación de su paisaje tropical y la recuperación de su litoral, su frente marítimo y de su condición de puerto y aeropuerto estratégico continentalmente. 

12.- Es necesario que Caracas entienda que la recuperación de sus espacios vitales tales como La Hoyada, La Carlota, los territorios asignados a usos militares y la Zona Rental de la Plaza Venezuela, deben garantizarse a largo plazo para la plena disposición y beneficio de sus habitantes, y que son oportunidades invalorables para activar la economía, donde prevalezca la construcción de ciudad. 

13.- Es necesario que Caracas promueva como prioridad una red peatonal de tanta importancia y el desarrollo de un transporte público seguro, económico y de bajo impacto ecológico, que contribuya a disminuir el uso de vehículos particulares. Paralelamente a todo ello debe concluir la red circunvalar vial apenas iniciada por la Cota Mil con el objeto de desahogar el violento cruce de escala nacional soportado por el corredor vial central autopista del Este. 

14.- Es necesario que Caracas se conduzca a sí misma y evite la tendencia al enfrentamiento entre las administraciones central, metropolitana y local, aclare su sistema tributarios y administrativo, la dimensión de sus respectivas responsabilidades y el derecho a los recursos que establece la Ley, así como la definición mas eficiente extensión de sus territorialidades municipales en la búsqueda de gobiernos locales eficientes y estrechamente vinculados con la ciudadanía.

15.- Es necesario que Caracas desmonte las asociaciones comunitarias armadas en el Este y en el Oeste de la ciudad; estructuras dogmatizantes y antidemocráticas, que constituyen un elemento de perturbación para la paz social y organice las relaciones de todos los ciudadanos sin discriminación, en concordancia con los principios democráticos, con trato especial para niños y ancianos. 

16.- Es necesario que Caracas entienda que la solución al problema y reto fundamental de la ciudad están referidos a la falta de servicios y no al rancho (algo en lo que los caraqueños han demostrado su asombrosa calidad emprendedora y constructiva, al margen de la economía formal y gubernamental), y ello no consiste en la simple construcción de viviendas populistas a ser regaladas, ni improvisadas sedes institucionales, ni respuestas inadecuadas a problemas sustanciales. El verdadero desafío de CCS representa la garantía del trabajo, la dotación de servicios, vialidad, transporte, deporte, educación, sanidad y espacios públicos que fomenten la integración de los dos rostros de la ciudad.

17.- Es necesario que Caracas asuma su proyecto futuro con una irrevocable posición crítica frente a su actual desmantelamiento. CCS, un legado prodigioso obligada éticamente a perpetuarse como una herencia descomunal de construcción, felicidad, paz ciudadana que quede como nuestra oferta y garantía a la primera generación de caraqueños del siglo XXI.

Tomás José Sanabria, Rafael Arraiz Lucca, Frank Marcano, Enrique Larrañaga, Tulio Hernández, David Gouverneur, Adriana D’Elías, Carlos Oteyza, Marco Negrón, Dirk Bornhorst, Herman Sifontes, Helen Garay, William Niño Araque, Arturo Almandoz Marte, María Elena Ramos, Federico Vegas, Daniel Fernández Shaw, Yolanda Pantin, Dietrich Kunckel, Juan Machado, Mateo Pintó, Alfredo Brillembourg, Hubert Klumpner, Fabiola López Durán, Blanca Strepponi, Manuel Delgado, María Fernanda Gómez, Caroline Oteyza, Franco Micucci, Vilma Obadía, Alfredo Chacón, Oscar Tenreiro, John Machado, Matías Pintó, María Luz Cárdenas, Diana López.