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Ciudades de hoy

El pasado 1ero de agosto este blog cumplió un año al aire, por tal motivo ofrecí los siguientes tres puntos: 1) publicar una entrada conmemorativa de y para la fecha; 2) hacer un cambio de imagen y estructura al blog; y 3) enseriarme con la frecuencia de las publicaciones en el mismo.

Ninguno de los puntos anteriores fueron cumplidos; así que, confesados los incumplimientos y sobreponiéndome a la culpa correspondiente, estoy de nuevo frente al teclado con esta nueva entrada, que aunque fuera de fecha, corresponde a la primera entrada de la segunda década de ciudades.me y para una ocasión de tal responsabilidad y envergadura voy a cederle la pluma a mi apreciado, respetado y admirado amigo, el arquitecto Marco Negrón, quien publicara, a principios de mes, en el diario Tal Cual el artículo Ciudades de Hoy, el cual reproduzco a continuación por considerarlo extraordinario, relevante y pertinente para la ocasión.

«Hace escasas semanas me tocó participar en una discusión en torno al cumplimiento de las metas del undécimo de los Objetivos del Desarrollo Sostenible propuestos por Naciones Unidas, las cuales se resumen en la necesidad de alcanzar la sostenibilidad de las ciudades y las comunidades, hoy en entredicho por el fuerte impacto que el modelo de ciudad heredado del siglo pasado tiene en la dinámica del amenazante cambio climático.

Sin embargo, en momentos de tanta incertidumbre como los actuales, cuando personalidades e instituciones de la más alta reputación hablan incluso de un cambio de ciclo histórico, en lugar de adentrarme en la especificidad de aquellos, por lo demás tan menospreciados en nuestro país por quienes fungen como autoridades, consideré más útil proponer un marco global de referencia, intentado definir la ciudad en su esencia como se la ha conocido históricamente, lo cual serviría para analizar su viabilidad futura. Se trata, sin duda, de una difícil y peligrosa tarea ante la que quien escribe reconoce la debilidad de sus fuerzas, por lo que, también para ser breve, ha preferido ampararse en argumentos de autoridad de peso indiscutible.

El filósofo Juan Nuño, la importancia de cuya obra está fuera de discusión, no desdeñó el tema de la ciudad. Las palabras que se copian a continuación, una definición en negativo, explican muy bien la razón de su interés: si no existieran ciudades, dice, «no existirían los individuos, es decir, los hombres libres… Fuera de ellas sólo existe la tribu, la errancia, el nomadismo. Es en las ciudades donde aparece por vez primera la noción de individuo, de ser aislado y soberano».

La coincidencia con Claude Lévi-Strauss, el antropólogo fundador del estructuralismo, es patente: «la ciudad», dice, «se sitúa en la confluencia de la naturaleza y del artificio… Es a la vez objeto de naturaleza y sujeto de cultura; es individuo y grupo, es vivida e imaginada: la cosa humana por excelencia».

Guillermo Cabrera Infante, el escritor del exilio cubano que nunca se resignó a la pérdida de La Habana, autor de Tres tristes tigres, dijo lo mismo, de manera más poética y por eso más sintética, «El hombre no inventó la ciudad, más bien la ciudad creó al hombre y sus costumbres».

Octavio Paz, el gran mexicano, fue capaz de acuñar una definición, si cabe, todavía más poética y abarcadora; en Sor Juana Inés de la Cruz y las trampas de la fe, sentenció: «Una civilización es ante todo un urbanismo».

El Maestro Carlos Raúl Villanueva, sin embargo, se les había adelantado algunos años a Paz y a Nuño: «Toda civilización», afirmaba, «ha sido y es eminentemente urbana. Y voy a adelantar de una vez, que creo no existen razones para que no lo sean también en futuro. La presencia humana en el planeta, en sus mejores momentos, en sus máximas cristalizaciones culturales, ha tenido siempre, como carácter principal, la condición urbana. Y en efecto, ¿qué sería del hombre sin la ciudad?»

Las ciudades, desde luego, son construidas por la gente, pero es la vida en ellas la que crea a los hombres, de modo que, si entran en decadencia, sus efectos se expanden en cadena.

Jane Jacobs, la autora de Muerte y vida de las grandes ciudades, considerada entre los urbanistas más influyentes del siglo XX, afirmó que «Las sociedades y civilizaciones cuyas ciudades se estancan, no se desarrollan ni vuelven a florecer. Se deterioran».

Todos los diecisiete ODS definidos por NN. UU. se interrelacionan entre sí, pero, en un mundo totalmente urbanizado como el actual, al final se condensan en el undécimo, por lo que no hay duda en cuanto a que mantener una permanente visión crítica sobre el cumplimiento de sus metas equivale a registrar los avances, el estancamiento e incluso los retrocesos no sólo de la ciudad deseada sino, en última instancia, siguiendo a Paz y a Villanueva, de la civilización; también para saber si esta palabra seguirá significando lo mismo dentro de los próximos 15 o 20 años.

Pero esta consciencia no es, ni mucho menos, universal: para muchas figuras prominentes de nuestra sociedad, incluidos políticos y profesionales investidos de autoridad para intervenir sobre las ciudades, ellas no son más que materia bruta, una suma de infraestructuras y edificaciones, muchas veces pensadas desarticuladamente; con frecuencia, incluso, como mera oportunidad para hacer negocios.

A partir de un reportaje sobre Ciudad de México, «la ciudad desbocada» como la llamó, el escritor argentino Martín Caparrós lanzó este desafío a quienes todavía creemos que se las puede domar: «Las ciudades no son entes pensados. Son la suma de millones de acasos y el esfuerzo porque no se note: los intentos de ordenar el desorden creado por millones de iniciativas autónomas.»

Hace ya más de diez años otro filósofo, Antonio Pasquali, se interrogaba acerca de la vigencia de «nuestra tradicional comprensión del fenómeno Ciudad» y si se dispone de «mejores sistemas categoriales de reemplazo», concluyendo en la necesidad apremiante de «entender más a fondo los procesos de aglomeración urbana».

Lamentablemente, estas interrogantes no parecen inquietar demasiado en la Venezuela actual: desde el gobierno nacional hasta los municipales las «autoridades» urbanísticas siguen, en el mejor de los casos, pensando y actuando con patrones obsoletos, mientras que, a través de la asfixia financiera, el mundo académico, el espacio por excelencia de la innovación, está en vías de convertirse en un erial.

Por fortuna, todavía existen movimientos urbanos de base que se organizan autónomamente para luchar por reivindicaciones locales o sectoriales: si se pudieran integrar y coordinar así fuera parcialmente, podrían convertirse en el embrión de la nueva visión por la que clamaba Pasquali.«

Espero hayan disfrutado este artículo tanto como yo, y así, me despido, hasta la próxima entrada como siempre con un abrazo y mi deseo de paz en el mundo.

¡Paz!

Nada particular

Publicadas las entradas 24 y 25 referidas al feedback sobre el blog y a la espera de que llegue julio para publicar las cuatro entradas que tengo programadas para conmemorar el 455 aniversario de Caracas, me doy cuenta de que terminarían sumando 29 entradas para cerrar su primera década. Y pensé: 29 es un número insignificante, deberían cerrarse los 10 años con un número más redondo, por lo menos 30 entradas. Y me encontré como entre la espada y la pared: no se me ocurría qué publicar, lo que sí sabía es que debería ser una entrada nada particular, sobre nada en particular y con nada de particular; y por asociación de ideas, recordé a Miguel Bosé interpretando su nada particular tema: «Nada particular«

La canción fue escrita en 1.992, 30 años ya, como denuncia al horror de la guerra y a la esperanza de los miles de desplazados y víctimas de las guerras en el mundo. El tema pertenece al álbum «Bajo el signo de Caín» grabado en 1993.

Reseña la agencia efe el 17 en febrero de 2017 que cuando Bosé iba a cantar «Nada Particular» en su gira «Estaré 2017» en México, recordó que ésta era una canción por la guerra de Yugoslavia. Explicó que es un tema que habla de «paz, solidaridad, exilio, esfuerzo e integración» y se declaró «un hombre de paz«. Según la misma reseña, agregó: «Quiero un mundo en el que podamos abrir los brazos a alguien que venga de fuera y decirle ‘Vente a construir mi casa y quédate aquí para siempre«. ¡Ojalá!

Según ACNUR hay más de 6 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo (cifras gubernamentales) y que las personas continúan saliendo para huir de la violencia, la inseguridad, las amenazas, y la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales, pero no de una guerra. La mayoría de estas personas, los caminantes, ahora viven sobretodo en países de América Latina y el Caribe constituyendo la segunda mayor crisis de desplazamiento externo en el mundo entero.

Una crisis de desplazados de más de 6 millones de personas de una población que llegó a ser de más de 30 millones de habitantes significa que podemos inferir que la nación ha perdido, o expulsado, o mermado, o como se diga, a un 20 % de su población total, esto es una tragedia en lo individual y una perdida irreparable para la nación. Este tema me inquieta sobremanera, tanto así que en 2019 publiqué Y ahora la llama Diáspora.

Increíble y tristemente, según ACNUR el 1% de la población en el mundo está desplazado.

Videoclip oficial de Nada particular. Miguel Bosé. 1.993

Vuelo herido y no sé dónde ir
Con la rabia cansada de andar
Me han pedido que olvide todo, en fin

Nada particular

Una vida y volver a empezar
No te pido una patria fugaz
Dignamente un abrazo, en fin

Nada particular
Canta y vuela libre como canta la paloma
Canta y vuela libre como canta la paloma

Dame una isla en el medio del mar
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano
Dime que el viento no, no la hundirá

Que mi historia no traiga dolor
Que mis manos trabajen la paz
Que si muero me mates de amor

Nada particular
Canta y vuela libre como canta la paloma
Nada particular
Canta y vuela libre como canta la paloma
Nada particular
Canta y vuela libre como canta la paloma
Nada particular
Canta y vuela libre como canta la paloma

Dame una isla en el medio del mar
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano
Dime que el viento no, no la hundirá
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano

Dame una isla en el medio del mar
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano
Dime que el viento no, no la hundirá
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano

Dame una isla en el medio del mar
Llámala «libertad«
Canta fuerte, hermano
Dime que el viento no, no la hundirá

Nota aparte: cuando Bosé pide una isla en medio del mar llamada libertad nada tiene que ver con la isla en el mar de la felicidad que con tanta vehemencia nos vendió el difunto presidente Chávez como la gran panacea a los problemas de Venezuela y del mundo.

El 16 de marzo de 2.008 se realizó al aire libre en el puente Simón Bolívar en la frontera colombo-venezolana el concierto «Paz sin fronteras» organizado por el cantante Juanes, quien propuso en declaraciones a la prensa, que todas las constituciones del mundo debían modificarse para agregar un artículo referente al derecho a la paz o el derecho a vivir en paz. Yo iría más allá. Le agregaría un derecho humano fundamental más, el derecho a la paz, a los 30 derechos que constituyen la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) de la ONU del 10 de diciembre de 1.948. Por cierto, Miguel Bosé participó en ese concierto y entre sus interpretaciones, como era de esperarse, estuvo «Nada particular«, a dúo con el cantante colombiano.

El año pasado, Bosé produjo un nuevo videoclip en el que interpreta el tema con Carlos Rivera.

Si te gustó esta entrada, la 26, me puedes dar un me gusta aquí abajo o dejar un comentario en el casillero arriba y a la izquierda. Yo, por mi parte, me despido, como siempre, con un abrazo y nos vemos pronto en la próxima entrada, ahora sí, dedicada a Caracas este próximo 4 de julio.

¡PAZ!

12.1.21… ¡Capicúa!

Bueno, bueno, bueno, finalmente llegamos al 2021, año 21 del siglo 21 y, hoy, precisamente hoy 12 de enero es el primer día capicúa del año. Capicúa son números que se leen por igual de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Dicen que los días capicúas son días de buena suerte en los que sólo pasan cosas buenas. Este año tiene 10 días capicúas, uno por mes menos octubre y diciembre, has la prueba y verás.

Miremos un poco hacia atrás, el año 2020 terminó siendo uno de los años más duros en el mundo y en Venezuela no fue la excepción; así lo muestran los periodistas Naky Soto y Luis Carlos Díaz en su último programa y resumen del año, aquí te lo dejo, te lo recomiendo!

Por otra parte, comencé por reactivar mi blog temático Perspectiva Ciudadana. Venezuela, desde el punto de vista de sus ciudadanos, en el cual, ayer publiqué, para salvar un poco el vacío de los siete años que estuvo inactivo, cada uno de los 30 artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III)  encabezados por una primera entrada con la pregunta: ¿Qué son los Derechos Humanos? si quieres, puedes darte una paseadita por el blog, entrando, desde aquí mismo, en Entorno en el menú principal.